La salud mental y emocional es un aspecto esencial de nuestra vida. Sin embargo, en muchas ocasiones, se relaciona con problemas psicológicos o trastornos mentales graves, como la depresión, la ansiedad o la esquizofrenia. Si bien es cierto que estos problemas requieren una atención especializada, hay otros aspectos a tener en cuenta que pueden mejorar nuestra salud mental y emocional. Uno de ellos es la rehabilitación física.
La rehabilitación física es un proceso terapéutico que se utiliza para mejorar la función física después de una lesión, enfermedad o discapacidad. Se trata de una combinación de ejercicios y tratamientos que se adaptan a las necesidades individuales de cada persona. Este tipo de terapia puede ser necesaria en casos de lesiones deportivas, enfermedades crónicas como la artritis, el Parkinson o la diabetes, y tras cirugías musculoesqueléticas o de tejidos blandos.
Además de los beneficios físicos, como el aumento de la fuerza muscular, la flexibilidad y el rango de movimiento, la rehabilitación física también puede ser muy beneficiosa para la salud mental y emocional, ya que contribuye de diferentes maneras:
El estrés es uno de los mayores enemigos de nuestra salud mental y emocional. La rehabilitación física puede ayudarnos a reducir los niveles de estrés gracias a la liberación de endorfinas, las hormonas del bienestar. Cuando hacemos ejercicio, nuestro cuerpo genera endorfinas, lo que nos ayuda a sentirnos mejor, relajados y más positivos.
Cuando nos lesionamos o padecemos una enfermedad que nos impide hacer las actividades que antes disfrutábamos, puede afectar a nuestro autoconcepto y autoestima. La rehabilitación física puede ayudarnos a recuperar la confianza en nosotros mismos y a sentirnos más capaces al lograr metas que pensábamos que eran imposibles. Con cada pequeño logro, nuestra autoestima mejora y nos sentimos más seguros de nosotros mismos.
La rehabilitación física también puede mejorar la salud mental y emocional en general. Ayuda a combatir los síntomas depresivos, aumenta la energía y la productividad, y mejora la calidad del sueño. Además, cuando nos enfocamos en el proceso de rehabilitación, nos obligamos a estar presentes en el momento. Esto puede ayudarnos a reducir la ansiedad y el estrés.
La rehabilitación física también puede ayudarnos a conectarnos con nuestro cuerpo, lo que puede mejorar nuestra salud mental y emocional. Al hacer ejercicios y estiramientos suaves, nos damos cuenta de lo que sucede en nuestro cuerpo y podemos enfocarnos en nuestras sensaciones. Esto puede ayudarnos a relajarnos y reducir la ansiedad. Además, al hacer ejercicio, podemos despejar nuestra mente y dejar de pensar en nuestros problemas cotidianos.
La rehabilitación física es una forma excelente de mejorar nuestra salud mental y emocional. Los beneficios son múltiples, desde la reducción del estrés hasta la mejora de la autoestima y la conexión cuerpo-mente. Si te encuentras en un proceso de rehabilitación, tómate el tiempo para enfocarte en los aspectos positivos y no solo en los desafíos que puedes enfrentar. Si aún no has considerado la rehabilitación física como una opción para mejorar tu salud mental y emocional, habla con tu médico para ver si puede ser una opción viable para ti.